Sin mayor variación, las pinturas pretenden sumergirse en un mundo alegórico plagado de símbolos y libres asociaciones.

La jungla se presenta como un leitmotiv constante y los personajes que la habitan tienden a alejarse al mundo de lo irracional: los gritos, los alaridos y las miradas desesperadas solo ponen énfasis al clima de tensión psicológica que se acumula de manera desordenada en cada uno de los lienzos.

La materia y el rastro de la pincelada ayudan a convertir a varias de las escenas en un festival hedonista plagado de brillantes colores y sensuales contornos; sin duda se trata de un hedonismo enfermizo que tras su primera mascara de artificiosa sensualidad oculta el verdadero contenido histérico, contenido histérico que desde ya es un intento por reflejar el carácter del hombre actual tan propenso al desequilibrio emocional y a las baratas demostraciones de poder en medio del terror.

Jose Luis carranza



Guerrero.
Óleo sobre tela -90 x 90 cm- 2009.




Ganímedes.
Óleo sobre tela -90 x 90 cm- 2009.



Saulus.
Óleo sobre tela -90 x 90 cm- 2009.



Pantano.
Óleo sobre tela -90 x 90 cm- 2009.




Liebre.
Óleo sobre tela -148 x 180cm- 2009.




Caín.
Óleo sobre tela - 60 x 50 cm- 2009.




Nabucodonosor.
Óleo sobre tela -148 x 150- 2009.



Profeta rojo.
Óleo sobre tela -150 x 90cm- 2009.

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